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España: Investigadores de la UGR desarrollan método para determinar enamoramiento

Imagen tomada de: http://bit.ly/1Xu7RlU
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El amor ha dejado de ser exclusivo de los artistas, los filósofos y los enamorados y ha pasado a ser un tema de interés científico dada su importancia en la vida del ser humano. Aunque cada uno de nosotros puede tener su propia definición del amor, desde el punto de vista biológico se le ha caracterizado como un fenómeno integral que involucra nuestro cerebro y nuestros órganos productores de hormonas, como la hipófisis y la glándula adrenal.

 En el amor participan varios mensajeros químicos que proporcionan una gama de sensaciones que van desde el placer, la euforia, la confianza y la seguridad, hasta la ansiedad, la obsesión y la depresión. Es un fenómeno que incluye patrones conductuales, cognitivos y emocionales característicos. Todas estas sensaciones y conductas complejas que se viven en el amor han llevado a los investigadores a estudiar cada uno de sus componentes y conocer de este modo las bases biológicas que lo sustentan*.

Tal es el caso de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), los cuales han desarrollado un método basado en la termografía que permite determinar objetivamente si una persona está enamorada o no. Su trabajo ha determinado los cambios de temperatura que sufre el cuerpo de los participantes cuando contemplan la imagen de la persona amada, en el que supone el primer “mapa térmico del amor” que se realiza en el mundo, en palabras de los autores.

En esta investigación, los científicos de la UGR analizaron las diferencias térmicas que se producían entre sujetos que contemplaban fotografías de su pareja frente a otros que se exponían a otro tipo de imagen que les generaba alguna respuesta emocional (ansiedad, calma, empatía…), pero no romántica. Aunque los autores advierten de que “el patrón térmico del amor es muy complejo” (ya que incluye la co-existencia o no de pasión y deseo sexual, frente al predominio de la intimidad y la empatía o del compromiso y el contrato social, por ejemplo), los resultados demostraron que el amor sube la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales entre uno y dos grados centígrados.

En los últimos años, los investigadores del Laboratorio de Termografía del CIMCYC, dirigido por los profesores de la UGR Emilio Gómez Milán y Francisco Tornay Mejías, han logrado construir el mapa térmico de sentimientos complejos como el amor, la felicidad o la empatía, pero también de emociones básicas como la alegría, la tristeza, el miedo o la ira.

“La termografía nos indica que la pasión sube la temperatura a nivel de manos y cara, mientras que la empatía (la capacidad de sintonizar con el otro como sujeto, y no sólo como objeto de deseo) la baja, sobre todo en la nariz. Es como si la pasión fuera un acelerador que encendiera nuestro cuerpo y la empatía, un freno de la activación”, indica el profesor Emilio Gómez Milán. El amor romántico, de modo resumido, sería una mezcla de pasión con empatía.

En los últimos años, este mismo equipo de investigación de la UGR ha aplicado la termografía al campo de la Psicología determinando, por ejemplo, el conocido como “efecto Pinocho” (según el cual la punta de la nariz varía su temperatura cuando una persona miente), logrando medir objetivamente el duende flamenco de los bailaores o el dolor mental de la llamada “sinestesia tacto-espejo”.

*Fragmento tomado de: http://bit.ly/20zMGyG

Fuente: http://bit.ly/1VhOs6o

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