México: Investigadores de la UANL crean nave no tripulada innovadora

Tradicionalmente las universidades siempre han contribuido en las economías locales mediante la formación, el soporte y actividades de apoyo a las empresas, acceso a infraestructuras y recursos sociales y culturales. Incluso en determinados contextos, algunas universidades (especialmente las más antiguas) han jugado y todavía tienen un rol significativo en los procesos de formación de identidad nacional.
Un acercamiento que resalta la importancia de las universidades para los sistemas locales de innovación, es el modelo de la triple hélice, originalmente propuesto por Leydesdorff y Etzkowitz. Dicho modelo permite el estudio de los vínculos, entre la industria, la academia y el gobierno. La tesis de la triple hélice se basa en que la interacción entre universidad-industria-gobierno, es la clave para mejorar las condiciones para la innovación de un territorio basado en el conocimiento. Tomando como base el modelo de la triple hélice se considera que las universidades están teniendo un rol incrementalmente importante como fuente del desarrollo industrial y territorial futuro en la nueva economía del conocimiento, lo que es denominado como “tercera misión”.
Lo anterior presenta un acercamiento a la importancia que tiene que las universidades, además de investigación, realicen innovaciones. En este sentido cabe destacar las acciones llevadas a cabo por una universidad que es socia de la Red, tal es el caso de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), que, además de muchos logros más, ha anunciado la creación de una aeronave no tripulada, con características innovadoras, por parte de investigadores de la institución.
Portabilidad y despegue innovador, con poco más de un metro de largo y 1.70 metros entre las puntas de cada ala, son las características de la aeronave no tripulada cuya patente mereció el Premio UANL a la Invención 2015. La Dra. Patricia Carmen Zambrano Robledo y el estudiante de maestría en Ingeniería Aeronáutica de la UANL, Arturo Paz Pérez, quienes unieron sus conocimientos para el desarrollo del proyecto y posterior creación de la llamada “aeronave no tripulada”, por su nombre piloto, son miembros del Centro de Investigación e Innovación en Ingeniería Aeronáutica de la universidad.
Sus dos mayores innovaciones, el despegue y la facilidad de ser desarmable, la convierten en un diseño inusual en la actualidad, ya que su despegue se realiza de forma vertical, es decir, como lo hacen los helicópteros, y el ser desarmable permite que sea trasladada con gran facilidad. La aeronave no tripulada funciona a base de turbosina y puede durar en vuelo más de 10 horas continuas, ventaja sobresaliente sobre los drones cuadrirrotores de venta en el mercado, cuya batería les permite durar, por lo general, de 12 a 15 minutos en las alturas.
La Universidad Autónoma de Nuevo León tuvo una injerencia directa en la creación de la aeronave, comentó por su parte Zambrano Robledo, al ceder las instalaciones donde pudieron crear diseños de clase mundial y apoyar el desarrollo de los estudiantes talento.
Fuente: http://bit.ly/1Nkjh7e